miércoles, 15 de abril de 2015

CHARLA CON MANOLILLO. "REENCUENTRO DE DOS AMIGOS" (1ª ENTREGA).

Desde hoy vamos a publicar en, "Mi rinconcito Nazareno", un diálogo entre Manolillo y Eloy que se ha llevado a cabo esta tarde en la casa del primero. Un rencuentro de dos amigos que nos trae historia viva de nuestra Hermandad. Cada día publicaremos una nueva entrega de una tarde de las que te alegran el alma. El diálogo tiene la estructura de un encuentro en el que los recuerdos y el cariño van aflorando y tal cual ha sido aparecerá transcrita en este blog.




Son las 6 de la tarde y Talavera amenaza veladamente con una lluvia que no acaba de llegar. Junto a mi tío Eloy nos acercamos a la cita concertada esta mañana con uno de los hermanos más querido de nuestra cofradía, Manolillo. Nos recibe Marisa, su mujer, con una sonrisa en la boca y al fondo del pasillo aparece Manolo sentado, con la ilusión en su rostro, al volver a encontrarse con su amigo Eloy. Se estrechan la mano con complicidad y con una inmensa felicidad por un reencuentro esperado y deseado por ambos.

En la mesa del salón, con cuidado esmero, tres medallas que Manolo enseña con orgullo (la vieja, la nueva y la de oro). Tomamos asiento y la conversación fluye con cariño, con buen humor y con la hermandad como estandarte de una amistad que se prolonga en el tiempo durante más de 40 años. Un carnet, delante de un rosario, nos recuerda la historia que une a Manolo con la cofradía.



Lo primero es conocer el estado de salud de Manolo que cuenta con su valentía de vida qué ha pasado en estos años.
"Pasé una época muy mala. Empecé con muchos dolores en el año 2010 y tras visitar varios médicos acabé en Madrid. Durante cinco años trataron, sin éxito, de dar con el motivo y se trataba de que el calcio se me iba a las arterias y no a las vértebras, por ello se me fracturaban. Finalmente, con varias inyecciones conseguí superarlo".

Manolo nos relata más operaciones en un período en el que también sufrió por motivos de varias operaciones de retina de la que parece felizmente recuperado. Pregunta a Eloy por la procesión de este año le cuenta que estuvo cerca de ir a la limonada. La nueva ubicación de ésta le despierta una leve sensación de rabia ya que se ve con fuerzas de haber podido acudir.

Con una sonrisa cómplice empezamos a tocar el tema de la Hermandad con una mirada a cómo son las Juntas y cómo eran. Con orgullo nos habla de sus 50 años y del homenaje que, con todo merecimiento, recibió con motivo de la entrega de ésta.

"Recuerdo cuando me la dieron. Miguel lloraba en mi hombro y yo me emocioné. Vi como toda los hermanos sonreían y vi cuánto cariño me tenían". Divertido, le recuerda a mi tío como le "envidiaba" el año antes cuando la recibió. Con gesto cómplice, ambos "presumen" de su medalla ante la tierna mirada de Marisa.

A la memoria acuden anécdotas que reflejan la personalidad valiente de nuestro hermano.
"Manolo. Recuerdo cuando tenías el taller y te llevé el coche de mi padre. Me sorprendió como fuiste capaz de arreglarlo pese a la dificultad que tenía. Recuerdo que me dijiste "lo que puede hacer un hombre lo puede hacer otro"".

Marisa le anima a que nos cuente anécdotas de la cofradía y Manolo sonríe divertido.
"El primer año me quemaron el hábito cuando iba en la fila". Esta anécdota llevó a la memoria a Eloy "Mi padre me mandaba en la fila con Vicente y él tenía una caja de cerillas para quemar las medias a las mujeres que veían la procesión". Ambos sonrieron con ganas en un primer episodio que avanzaba cuánto íbamos a disfrutar y aprender de su diálogo.

Los inicios en la cofradía se remontan a sus 16 años cuando entró en la cofradía de la mano de su padre (una historia en la que hubo lucha contra prejuicios que contaremos más adelante). Marisa nos trae la personalidad de su marido y su brava inteligencia. "Se le daban muy bien las matemáticas. Estudió con la hija de José Bárcena pero a los 12 años tuvo que elegir entre estudiar y trabajar y optó por entrar en un taller". 

Recuerda con cariño a la Verónica y a cómo una sola mirada desde el paso del Nazareno bastaba para verla gracias a su iluminación.



No hay comentarios:

Publicar un comentario