En una Hermandad tan grande como la nuestra cada día aprendemos una lección que nos acompaña, para bien o para mal, cada día. Una de las lecciones que yo más guardo es la de nuestra hermana Leandra. Esta camarera de la Verónica no ha perdido nunca su sonrisa y ha demostrado día a día lo que es luchar por la vida de la mano de su familia. Es un orgullo ser hermano de personas tan valientes cuyo ejemplo nos viene a la mente en los momentos de más dificultad. !Felicidades valiente! Verla en las procesiones en los momentos más duros pero con la sonrisa en la boca, es algo que no olvidaré nunca. !Bravo valiente!
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