Esta semana "En mi Rinconcito Nazareno" hemos tenido la suerte de poder compartir un buen rato con Emiliano Salmerón, antiguo directivo de Nuestra Hermandad y marido de nuestra querida camarera Pili. Un hombre amable, bueno y cariñoso que no duda en compartir con nosotros sus recuerdos.
Emiliano me recibe en su casa con su habitual amabilidad. "Tú eras al que yo puse en el carnet que se dedicaba a comer y dormir, ¿verdad?". Le presento al biznieto del señor Eloy al que saluda con una tierna mirada. Entramos al salón donde nos recibe Pili con una sonrisa antes de ponerse a jugar con el pequeño Andrés. Emiliano me invita a sentarnos en el sillón mientras mira con una dulzura de enamorado a su mujer.
Repasamos sus inicios como secretario "Yo cogí el cargo en una época en la que estaba Baltasar como tesorero y Luciano Ramos. Era una época en la que el cobrador se llamaba Mariano Rojo". Emiliano recuerda épocas junto a Antonio Mayoral de presidente, con Pepe de Las Heras, con Dalia como camarera mayor de la Verónica, Elia como camarera mayor del Nazareno y Eloy como jefe de carga en el Nazareno. No tarda en aparecer la primera historia.
"Estaba de presidente Antonio Mayoral y hubo una época en la que el Nazareno no tenía suficientes cargadores. Hablamos Antonio, tu abuelo y yo y decidimos sacar el paso a ruedas. Se le colocaron unas ruedas provisionales que estuvieron, más o menos, 2-3 años hasta que un día llegó Eloy y dijo que tenía suficientes cargadores y se las quitamos. Pero, sí, el Nazareno salió a ruedas por esto que te explico".
Mientras Andrés prueba la paciencia de Pili, Emiliano continúa recordando una época en la que nuestra cofradía era Hermandad de Socorro.
"De cobrador estaba Mariano Rojo y Pepe que estaba de secretario le dio poder para que pagara socorros ya que él estaba enfermo. Yo cogí el cargo con este desbarajuste y pedí pronto las cuentas. En ese momento el capital de la Hermandad estaba en 28 pesetas. Desde ese momento empezamos a pagar a los que realmente estaban enfermos y presentaban el parte real de baja. Poco a poco, entre todos, fuimos recuperando el capital de la cofradía".
Emiliano recuerda este episodio con enorme cariño y continúa relatando otro capítulo en que la talla de Jesús Nazareno sufrió el ataque de las termitas. "La talla tuvo termitas y vino un especialista desde Toledo y lo solucionó inyectándolo. Al arreglarlo le quitamos una especia de funda que lo recubría y quedó tal y como está ahora (túnica pintada). La talla fue pintada por el padre de Paniagua que era muy mañoso y lo dejó muy bien".
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