jueves, 23 de abril de 2015
CHARLA CON CÁNDIDA. "A VUELTAS CON LAS POTENCIAS". (2ª ENTREGA)
La conversación continúa con mi tía animándola a contar como el Nazareno vio como se perdía alguna de sus potencias.
"Recuerdo un año en el que tu abuelo nos citó a las 8 de la mañana en La Colegial. Mientras veíamos que el paso de la Verónica se montaba nosotros nos desesperábamos porque pasaban las horas y Elia no venía. Ella era la encargada de hacer el primer centro y sin él no podíamos empezar porque de ese nacía el resto de las flores que colocábamos. Yo le pregunté a tu abuelo que porque Dalia (camarera de la Verónica) no nos echaba una mano y aceptó. Cuando estaba allí Dalia llegó con su genio Elia y tuvieron una discusión a la que Dalia respondió que si estaba allí era porque se lo habían pedido. Elia entregó las potencias delante de todo el mundo (las guardaba en su casa). Pasamos un mal rato y nos costó que volviera. Tanto que lo logramos a través de su hija".
Aprecio como mi tía asiente y como Cándida recuerda el genio de su amiga Elia con nostalgia pero con mucho cariño. Sagrario cuenta como otro día tuvieron que ir a casa de Elia por las potencias porque no las encontraba y cómo revolvió toda la casa buscándolas.
Ambas recuerdan cómo tenían que ver las andas del Nazareno repletas de mierda a la hora de montar todo tras un año recogidas en la Colegial. Cándida nos trae a las hermanas Magana quienes guardaban en su casa la ropa de la Santa Mujer Verónica.
"Recuerdo que la campanera nos bajaba un huevo. Elia cogía la clara e impregnábamos la cara del Nazareno para que brillara más en la procesión cuando le alumbraba el foco. Quedaba precioso. Además, su cara te habla, es preciosa" "Le mires donde le mires parece que te está mirando" apostilla mi tía. En sus rostro apreció devoción.
Se suceden anécdotas de cómo el Nazareno llevado en coche a Santiago llegó a confundirse con una persona que pasaba por allí, se recuerda la figura de Don Enrique y cómo había que llegar a pedirle que diera la luz para poder trabajar ya que ni la encendía, los lugares en los que el Nazareno estuvo en Santiago y la Colegial. De repente, la figura de mi abuelo es motivo de una anécdota que define claramente la personalidad del antiguo comisario de carga.
"Un día estábamos en Santiago arreglando al Nazareno Pili y yo. Por allí estaba tu tía Carmen (hermana del Señor Eloy) y la pedimos que nos echara una mano porque a mí siempre me ha gustado que la gente que quisiera ayudarnos lo hiciera. De repente llegó tu abuelo y al verla la dijo "¿Tú qué haces ahí?, tú no eres camarera así que bájate. La mujer solo nos estaba ayudando pero...". Con mirada divertida nos miramos mi tía y yo recordando cómo mi abuelo siempre tuvo claro que cada cuál tenía funciones específicas en la cofradía y que eso estaba por encima de cualquier parentesco.
"Otro día recuerdo que estábamos en la procesión y tuvimos que ir corriendo al paso porque un cargador, al que le gustaba mucho la bota se salió a hablar y cuando llamaron él no estaba". La bota, cuánto juego ha dado pienso yo.
Es el momento de recordar los inicios y de cómo el año 1981 fue el comienzo de que las mujeres fueran hermanas.
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