martes, 14 de abril de 2015
HOY CUMPLE AÑOS OLIVER
Querido hermano.
Tu ausencia se sigue notando cada vez que nos ponemos delante de Nuestro Padre Jesús Nazareno o que, simplemente, nos acordamos de ti (algo que te aseguro hacemos a diario todos tus hermanos). Una semana después de nuestra Semana Grande cumple los años tu hijo y, hoy, me gustaría hablarte de él.
Oliver seguirá siendo durante muchos años, para muchos para siempre, el hijo de Reyes. Esto, amigo mío, es un honor. Oliver llegó a nuestras vidas de tu mano y siempre mostró que, tras una fachada rebelde y traviesa, encerraba un gran corazón. Alguna profesora que tuvo, amiga mía, me repetía una y otra vez hasta qué punto había alcanzado con merecimiento el título de travieso.
Oliver para tus hermanos más mayores de carga es y será siempre un niño. Esto es una clara muestra del cariño que le tenemos y que empezó a labrar en nosotros de tu mano.
Quién te conoció sabe que dejaste un legado maravilloso en este mundo que todos usamos como estandarte como el buen rollo entre hermanos, los jueves de flores auténticos (aunque te costara algún corte que otro, jejeje) pero sobre todo, el mayor legado lo seguimos viendo a diario con tu familia.
No te voy a negar que cuando veíamos a Oli con el Hyundai a todos se nos movía el alma esperando que de allí salieras tu también porque tu ausencia hermano, cuesta mucho de asumir.
Tu familia lleva con orgullo tu nombre y Oliver es algo más que tu recuerdo. Oliver ha heredado de ti tu carácter extrovertido y, aunque tiene una fachada más dura que la tuya, también tiene tu gran corazón y el amor por nuestra cofradía.
Oliver, junto a Samuel, son el motor de un relevo maravilloso que está entrando en nuestro paso y van logrando que cada vez Nuestro Padre Jesús Nazareno esté cargado a hombros por sangre más joven con Diego, kike, Julio, Calderón...
Oliver hace grupo, divierte y se divierte y no olvida tampoco lo que hace grande a la cofradía en una clara muestra, hermano, de que hiciste muy bien tu trabajo inculcándole los valores que la forman y la engrandecen.
Este año he tenido una especial alegría al ver a mi hijo en brazos de tu mujer la noche de Viernes Santo. No sabes qué felicidad me dio ver su cara de felicidad y el beso que le dio a mi hijo. No pude evitar emocionarme y pensar en lo que hubieras disfrutado con él y todo lo mucho que le hubieras enseñado.
Pero tengo un consuelo, como lo tienen todos tus hermanos, tu familia. Sé que Oliver estará con él, al igual que tu mujer y esa futura cargadora, Lucía.
Me enrollo mucho, querido hermano, pero te echamos tanto de menos que es imposible no hablar contigo sin parar para tratar de sobrellevar una ausencia que no te puedes imaginar lo que duele. Amigo, felicidades, has hecho un gran trabajo como se encarga de demostrar cada día tu Oliver, un eterno niño para todos que es la viva imagen del gran trabajo que hiciste junto a tu mujer con él.
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