Por Rosa María García Delgado.
Hoy me cuelo en este Rinconcito Nazareno porque quisiera dar las gracias en primer lugar a mi padre, que me enseñó a ser Nazarena y cargadora y, después, a Nuestro Nazareno que me ha dado fuerza y salud para poder cargarlo todos estos años, los mejores de mi vida.
Quisiera dar las gracias a todos mis Hermanos por vuestro respeto y cariño durante todos estos años y deciros que, ahora que han empezado los ensayos, cada domingo cuando el reloj marca las 10 de la mañana me entra un hormigueo que tengo que frenar para no salir corriendo con vosotros.
Quisiera tener un recuerdo muy especial para los compañeros que ya no están con nosotros como Ana, José y, en especial, Reyes, mi compañero de varal que siempre se preocupó de mí y de saber como iba, de ofrecerme un caramelo, un chicle o agua, siempre pendiente de todo. Comprendí perfectamente que su hermana no pudiera con su falta pero nos dejó a su hijo con el que he podido ir codo con codo.
Deseo que siga, hermanos, reinando el compañerismo y amistad entre todos vosotros, que no os falte la fuerza y que siempre haya un hombro para llevar a nuestro amigo "Chuchi", a Nuestro Nazareno.
Creo que para mí ha llegado la hora de dejar paso a los jóvenes en una decisión difícil y dura por la que han pasado otros compañeros como Luis, Paco... pero siempre estaré ahí echando una mano en lo que pueda.
GRACIAS POR TODO, OS QUIERO.
P.D. Y que sepáis que los "chiquininos" tenemos más fuerza que los altos.
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