miércoles, 25 de febrero de 2015

EL ÚLTIMO PENITENTE



Cuando se celebran los actos (triduos incluidos) se encuentra en la última fila de la Iglesia de Santiago pero siempre está.

Al acabar se marcha en silencio tras entregarse en una callada oración a nuestros pasos titulares.

En la procesión ocupa el último lugar, con su medalla al pecho, sin poder ni imaginarse ver a los pasos que tanto quiere de nuestra cofradía.

Él lleva su medalla siempre a cuestas y la aprieta, en silencio, cada vez que necesita rezar.

En los corrillos de la Iglesia se marcha después de la misa porque considera que su papel acababa cuando se despide de sus pasos titulares.

Él solo quiere que su cofradía siga a Dios y no pide más que lo mismo para aquellos encargados de dirigirla.

Cuando se entrega la vela no se para ni a tomar una coca-cola pero se alegra de ver que las mismas caras continúan y piensa que su cofradía está en buenas manos.

Acude a Misa cada domingo a su iglesia de Santiago.

Nunca lo verás discutir en las Juntas, a las que acude para estar en el último lugar de la sala. Él solo se lamentará cuando vea discutir a sus Hermanos y se alegrará al verlos hacer las paces.

Él espera la llamada del que reparte el boletín de la Hermandad con más ilusión que nadie para ver qué se está haciendo en su querida hermandad.

Él nunca se acerca cuando se montan los pasos o se viste a las imágenes más que un minuto para rezarlos y ver cómo es cuidado por sus hermanos.

Cuando se desmontan los pasos él nunca se queda a esperar un clavel, simplemente pasa y ve cómo de cansados están sus hermanos y da gracias a nuestros pasos por haberle dejado acompañarle en su rinconcito durante la procesión.

Él nunca se presentará a ningún cargo ni tampoco lo ansía porque para él su Hermandad se vive en intimidad con Dios.

Él se acerca a recoger la medalla de oro que le han regalado con humildad y dando gracias a Dios por haberle otorgado la bendición de haber podido estar 50 años con Él.

Él acude a Santiago cada semana para rezar en silencio y dar gracias a Dios por cada segundo de vida que le ha regalado.

ESTE COFRADE PODRÍA SER CUALQUIERA DE LOS MUCHOS HERMANOS DE NUESTRA COFRADÍA QUE VIVEN ASÍ SU SEMANA SANTA. PARA MUCHOS, EL ÚLTIMO DE LA FILA, PARA DIOS, PROBABLEMENTE, EL MÁS IMPORTANTE.

P.D. Muchas veces nos olvidamos de aquellos hermanos "silenciosos" que viven la cofradía con igual o más entusiasmo que nosotros. 


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