martes, 26 de mayo de 2015

CHARLA CON TERESA. EL ORIGEN NAZARENO DE LA FAMILIA PLAZA. (1ª ENTREGA).



Es sábado por la mañana y las puertas de Villa Josué se abren para iniciar una nueva charla con la matriarca de la familia Plaza. En la televisión suena "La Voz" cuando nos acomodamos en el salón, frente a frente, para iniciar un repaso a una de las familias más conocidas de nuestra hermandad. Una historia de vida protagonizada por una mujer amable y cariñosa, Teresa.

Repasamos los inicios de la mano de su padre. "Agustín Andrés García tenía 40 años cuando se apuntó a la hermandad, siempre ha hecho las veces de coordinador. Mi marido empezó al gustarle la cofradía según veía  a su suegro. Él tenía entonces 23 años y yo 19".  Repasamos esos inicios en los que los Viernes Santos tenían aroma a hermandad y a campo. "Era yo hija única y lo recuerdo con muchísimo cariño. Íbamos a las huertas a por romero y otras flores con el fin de adornar el paso". 

De esos inicios de la mano de su padre nació una pasión nazarena que ambos transmitieron a sus hijos. Con una mirada de orgullo recuerda el inicio de sus hijos "Vicente fue el primero al que apuntamos. Los apuntamos poco más o menos a todos porque se llevaban poco y los apuntábamos cuando tenían edad de estar en la fila, no al nacer. Recuerdo que hice 3 o 4 hábitos seguidos por aquel entonces. Yo era modista. Luego estuve toda la vida acoplando hábitos". La historia de Teresa es la de muchas madres de la Hermandad que acoplan hábitos a medida que el tiempo pasa. Con nostalgia, mira al cielo, y se imagina qué hubiera pasado si sus dos hijos que ya están con el Nazareno estuvieran aquí ahora. "Seríamos muchísimos jajaja. Todos mis hijos fueron hermanos menos el pequeño que no llegó a serlo porque falleció". Recuerda con fe, conmoviéndome, el momento en que su hijo marchó al cielo. Relata lo ocurrido con amor y fe, sin rencor a nuestro Padre, y demuestra el coraje que da la fe.

Ese cariño nos traslada hacia los Viernes Santo con 7 hijos. "Eran una locura. Todos estaban deseando que llegara la hora y cuando eran pequeños estaban deseando ser cargadores como su padre. Las muchachas y yo nos apuntamos, como todas las mujeres, en 1981. La tela de los trajes, que recuerdo que dejaba colocados para cada uno en sus sillas, la compraba delante de Expert, en la Calle San Francisco, pero no recuerdo el nombre de la tienda". Narra sin solución de continuidad cómo se organizaba este auténtico ejército. "Los mayores, cuando tuvieron la edad, iban con su padre y los pequeños conmigo. Han sido cargadores los chicos y Dani y José capataces. Cuando yo iba en la fila los más pequeños se quedaban con mi madre (q.e.p.d). Otra cosa, siempre comíamos potaje".

Me ofrece tomar algo y veo que está disfrutando. Tere la espera fuera de la casa en un lugar en el que se respira tranquilidad. Está contenta y disfrutando rememorando toda una vida marcada por la Hermandad. Mañana, continuaremos, repasando su unión con Vicente, los jaleos de una familia nazarena en Viernes Santo y más...

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