La charla continúa con mi preocupación con la cercanía de la hora de comer pero ella pronto me tranquiliza "no te preocupes por la hora, no tengo prisa". Eso me relaja ella no tarda en continuar:
"El año pasado estuve en Santiago y este año me he quedado con ganas de mandarla flores. Este año he visto por televisión que iba muy bonita, me ha gustado mucho".
"Mi marido era hermano desde antes de casarnos y yo ya salía alumbrando antes. Recuerdo una puntilla que le pusimos a la Verónica que, si no recuerdo mal, la puse yo. Además, yo era la encargada de traer el manto a casa mientras que las hermanas Magana eran las que lavaban el resto de la ropa".
La señora Carmen prosigue recordando una época en que la Hermandad tenía un alto número de componentes y dónde había, con nuestras cositas, muy buen ambiente. "Recuerdo que nos juntábamos muchos al igual que recuerdo la limonada antes y después de la procesión. Había muy buen ambiente".
Por su cabeza van pasando nombres que recuerda con picardía y buen humor pero siempre con mucho cariño como el caso de Antonio Mayoral, Señor Rafael, Dalia, Elia...
Las funciones de camarera eran arduas "Había mucho trabajo. Recuerdo toda la ropa que llevaba la Verónica y era similar a las de las viejas de antes. Había que colocarla camisa, justillo, enaguas...".
Ella recalca el buen ambiente que había pese a lanzar alguna cariñosa picardía hacia el genio de algunos de los citados. No tiene maldad y sus palabras rezuman mucha estima para sus compañeros de Hermandad. Juega con Andrés y sonríe, está contenta y disfrutando. No tarda en rememorar que su familia política era de la cofradía desde antes "mi suegro ya era hermano y yo, cómo te he dicho antes, iba alumbrando antes de casarme". En ese momento me doy cuenta de que estoy delante de una hermana que lleva más de 70 años en la cofradía como no tarda en aclararme con fechas "tengo 92 años y me casé con 20. Mi marido tenía 30 aunque no lo parezca en la foto, parecía más joven".
La pido permiso para fotografiar el retrato de su boda y ella me lo concede encantada. Da cierto vértigo pero mucha alegría estar hablando con una mujer con más de 70 años en la Hermandad.
"Recuerdo que nos lo pasábamos muy bien. Mayoral era muy amigo de mandar pero se preocupaba por todo en la cofradía. Recuerdo que tu padre (se lo dice a mi madre) era muy trabajador y que había un gran ambiente".
Se me acaba la hoja y ella, muy atenta, me da otra rápido. Quiere seguir hablando pero antes se da una pausa para amueblar sus recuerdos. Me mira y sonríe antes de preguntar a mi madre por mi abuela a la que, al igual que a mis tías como dice, guarda mucho cariño.
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