Ayer, el templo de los Gitanos de Sevilla, fue testigo de un día para la historia de la Agrupación Musical Jesús Nazareno y para nuestra cofradía. Un grupo de amigos, una auténtica familia enamorada de la música se propuso llevar los sones nazarenos a uno de los templos bandera de la Semana Santa en el mundo y lo lograron. Para ellos ningún sueño era imposible y con esfuerzo, una hoja de servicios intachable y la ilusión de llevar sus sones nazarenos lo más alto posible lograron, de la mano de Pedro Manuel Pacheco, llegar a Sevilla y dar un concierto que ha quedado ya para la historia.
A las 6 de la mañana, un autobús cargado de ilusiones partía en las inmediaciones de la Cruz Roja cargado de ilusiones y sueños que iban camino de cumplirse. Durante las primeras horas del viaje nuestros hermanos buscaban recargar pilas para un día en el que los nervios eran compañeros fieles de una ilusión añorada. Tras una parada en la que la falta de luz en el Abades provocó que el desayuno se realizara en el Hotel Romero las caras reflejaban una tensión creciente pero feliz al ver que Sevilla se acercaba. Un grupo divertido, con ganas continuas de broma y juerga estaba más serio que de costumbre ante un reto que ya quedaba a unas pocas horas.
Mientras el pequeño Daniel peleaba por no dormir su padre le trataba convencer con paciencia ante la dureza que se avecinaba en la jornada, Raquel recibía con torería las puyas de Chuchi y Santi acerca de la amplitud del sitio elegido el bus y Paco miraba al infinito con seriedad maquinando en su cabeza que todo saliera como habían planeado. Se acercaba Sevilla y la parte trasera del bus respiraba ilusión con una película, no podía ser de otra manera, de magia en la pantalla del bus.
La nave de los Gitanos se hizo esperar hasta casi el mediodía pero no había prisa. Se paladeaba cada segundo con unos rostros que se iluminaron al entrar en la espectacular nave de la agrupación anfitriona del día. Los miembros de la agrupación miraban como niños el día de Reyes cada milímetro del lugar dónde nacen los espectaculares sones de la Agrupación Jesús de la Salud.
Cerca de las 13 llegamos a nuestro lugar de destino en el centro de la ciudad con las indicaciones de un Rafi feliz e ilusionado preocupado en que nada fallara. Hasta las 17:30 nuestros hermanos disfrutaron de Sevilla mientras los nervios crecían en el interior.
Tras ensayar con Pedro Manuel toda la agrupación ya reunida con aquellos componentes que viajaron en sus coches, llegó el momento añorado, soñado y merecido tras tantos años de tesón y amor por la música cofrade. Pasadas las 20h, el espectacular templo de los gitanos lucía esplendoroso con todo preparado con la disciplina y organización brillante de la Hermandad de los Gitanos. Pedro Manuel templaba nervios y organizaba en su cabeza cada detalla para un concierto en el que nada podía fallar y nada falló.
Poco a poco entraron al templo nuestros hermanos con el rostro lleno de nervios, tensión y mucha ilusión pero seguros de estar viviendo un momento único e inolvidable que nacía de la mano de toda una vida entregada a su pasión. La cara de los familiares y amigos de los músicos compartía la dicha de su felicidad y como ejemplo nuestra Junta Directiva o los padres de Omar (amantes de la Semana Santa y que eran testigos vivos de un sueño con un rostro que sonreía más que nunca preñado de orgullo). Perdona a tu pueblo rompió el hielo y la tensión se marchó. Todos pudimos ver como esa tensión mutaba en felicidad y cada nota de La Salve y Resucitó fue saboreada. Cuando se toca con el alma y con tanto cariño se entiende lo brillantemente que sonó cada nota que salía de su alma.
Espectacular fue la entrada de los componentes de la Agrupación Musical Jesús de la Salud con un hermanamiento lleno de cariño que unió a dos sentimientos. Las dos agrupaciones unidas emocionaron al templo con Virgen de las Angustias, A los pies de Sor Ángela y Cinco llagas.
El templo estaba feliz, nuestros hermanos vivían cada nota con orgullo y se rompieron tocando mejor y más que nunca. El acto alcanzó su cénit con Consuelo Gitano, Ave María y en El Alma. Pedro Manuel Pacheco presentó la última marcha mostrando a Sevilla, su Sevilla, a quién iba dedicada esta bellísima composición. Cristian, fue invitado por sorpresa, ante el aplauso general a dirigir la última marcha. Antes, Rafi y Paco, entregaron a Hermano Mayor (D.José Moreno) y Diputado Mayor Gobierno (Juan Carlos García) unos presentes que iban cargados de alma y de agradecimiento al cariño y al honor brindado.
El acto cerró cumbre, en lo alto, con los sentimientos a flor de piel bajos los sones de un himno gitano: LA SAETA. Invitados por el Hermano Mayor de la Cofradia los hermanos subieron a dar las gracias a la Virgen de las Angustias y al Nazareno Gitano besando su pie.
Era duro salir de esa magia pero las fotos reflejarán momentos únicos que cada componente y todos aquellos presentes en el templo nos llevaremos en el corazón. Arropados por la Junta Directiva de nuestra Hermandad y por numerosos hermanos hicieron acababan de hacer historia. Los que no volvían en bus se despidieron con miradas cómplices a sus hermanos con el orgullo común de seguir soñando. Alejandro vivía en su rostro la satisfacción del deber cumplido, Sergio se marchó orgulloso a contar a su niño lo vivido, Rafi vio en Daniel el relajo que también mostraba su rostro y Cristian estaba lleno de felicidad. Especialmente emotivo fue ver la conjugación de los rostros de los componentes más antiguos como Paco, Miguel o Chuchi llenos de felicidad con la ilusión más joven de los hermanos más recientes de la Agrupación. Todos eran inmensamente dichosos.
Tras cambiarse en la nave de los gitanos, rotos por el cansancio pero inmensamente felices, los componentes se miraron sin decirse nada sabedores de haber vivido un momento para la historia. El pequeño Daniel fue el primer nazareno en el que se vieron los frutos de tantos días de sueños anhelados y que se dedicó a paladear lo vivido en un profundo sueño. Poco a poco todos fueron siguiendo su estela.
Más allá de las 4 de la mañana, tras una parada para reponer fuerzas en Monesterio y otra pasando Trujillo marcada por los conductores tras una versión de Piratas del Caribe que animó a dormir aún más, Talavera recibió el autobús de la ilusión.
Hermanos, enhorabuena por vivir una jornada que os habéis ganado día a día honrando a la música cofrade tocando con la elegancia que vuestro director os señalaba camino a casa. Habéis hecho historia y la seguiréis haciendo con vuestro trabajo, esfuerzo y amor por la música acompañado todo ello de ese atrevimiento por lograr que ningún sueño sea imposible. Gracias por emocionarnos y por haber llevado los sones nazarenos de Talavera a la historia.
P.D. De corazón, gracias.
Pronto subiremos una galería fotográfica y vídeos de este maravilloso día.
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