¿Hasta dónde vamos a llegar?” ha sido la pregunta que ha cruzado mi cabeza en un primer momento mientras todos los medios de comunicación me bombardeaban con información acerca de los atentados de París. Pensándolo bien, creo que la pregunta correcta a este paso es, “¿Cuánto vamos a durar?”. La humanidad se enfrenta a uno de los mayores retos de toda su existencia, y no es momento de fragmentar la sociedad, no es momento de realizar distinciones culturales o raciales más allá de la separación entre buenas y malas personas. La voluntad del pueblo debe ser férrea, pero también debe estar basada en unos principios morales sólidos, ya que como la historia nos ha demostrado en multitud de ocasiones, el odio solo es capaz de generar más odio.
La barbaridad de hoy no sólo alcanza los 120 muertos (hasta ahora), alcanza muchísimo más, mucho más de los meros números, desde familiares hasta simples conocidos. Por ello, hago un llamamiento a la cordura, sé que tan inútil como tantos otros, un llamamiento al sentimiento de humanidad, ya que si seguimos así la respuesta tanto a la primera como a la segunda pregunta se convertirá en la misma, llegaremos a la nada, la destrucción, y duraremos exactamente lo mismo: nada.
#PrayForParís
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