viernes, 26 de junio de 2015

MI AMIGO SAN JOSÉ MARÍA ESCRIVÁ DE BALAGUER

Hoy la iglesia celebra a San José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. Este santo ha sido conocido por muchos ya que falleció en el año 1975. Hoy no voy a entrar en su obra pero sí, con vuestro permiso, contaré mi relación con él.

En el curso 2012-2013 Beatriz y yo volvimos a vivir a Alcobendas ya que la destinaron a trabajar a la localidad alcarreña de Torrejón del Rey. Ese curso, que arrancó en septiembre, fue nuestro primer destino de casados ya que nuestro enlace tuvo lugar ese mismo mes.
Recuerdo que andábamos agobiados, con el estrés todavía presente de la boda y con ganas de marcharnos por las continuas visitas que teníamos en casa. Queríamos estar solos, descansar y empezar nuestra vida en pareja pero la familia no frenaba sus ansias de querer estar con nosotros.
El destino nos llevó a Torrejón y todo fueron cálculos, búsqueda de habitaciones, búsqueda de compaginar mi carrera con la vida allí... hasta que un comentario de mi padre nos dio la luz, ¿estará eso cerca de Alcobendas?. Y sí, lo estaba. 45 minutos escasos tuvieron la culpa de que la familia López Pascual marchara a Alcobendas.

Llegamos allí cargados de ilusión, felices, con Beatriz inquieta por no haber vivido allí pero yo inmensamente feliz de recuperar mi casa, mi vida. Bea y yo tomamos la arriesgada decisión de ser padres y el Señor no dio esa bendición. Una noche llamamos a mis padres para contarles la feliz noticia de que serían abuelos.

Imaginad los nervios, la alegría, los sueños, la esperanza, los cálculos.... pero el señor no quiso que nuestro bebé viniera al mundo. Recuerdo el mazazo al ver que nuestro bebé no vendría al mundo y el hundimiento anímico de una luchadora como Beatriz. Ese mazazo fue demasiado para ella y se hundió. Se me partía el alma al ver cada segundo que ella lloraba, el dolor infinito de su alma y su pena. Llegaron días oscuros en los que no hubo buena sintonía con mi familia y en los que no quería más que abandonarse en su dolor.

Pues bien, un día andaba yo en una de mis infinitas caminatas de oración y pensamientos cuando entré en una iglesia de San Sebastián de los Reyes que no reconocí. Me confesé en uno de esos confesionarios tan lejanos a los de Talavera en los que cara a cara te sientas con el sacerdote. Recuerdo, como si fuera hoy, que estaba el sacerdote resfríado y que me recomendó a un Santo que buscaba a Dios en lo cotidiano. Me fui a casa enfadado porque no entendí nada de lo que me dijo pero con una estampa dada por el párroco en el bolsillo. Esa noche la recé más por superstición que por ganas pero mi mente empezó a rumiar una continua vocecita que me decía que tuviera fe y tranquilidad en la vida diaria. La oscuridad empezó a irse. Empecé a entregarme a Beatriz buscando su felicidad paso a paso en pequeñas cosas: un beso matutino, un abrazo en sus lágrimas, un divertido gesto, una comida apetecible...
Ya recé con ganas a San José María y su estampa me empezó a acompañarme allá dónde iba. Después llegó nuestro inolvidable conejito Morante que fue el espaldarazo definitivo al ánimo de Beatriz.

Tristemente nos esperaba otra pena antes de la llegada de Andrés pero gracias a aquella estampa de San José María el ánimo nunca me falló al igual que tampoco me sentí solo. Las palabras del sacerdote no se me olvidan y cada vez que pasó por la Iglesia principal de Sanse miro feliz (descubrí que era ella más tarde) y agradecido. Cuando nació Andrés la estampa de San José María se encontraba en mi bolsillo y en el hospital recé para que bendijera a mi enano. Nunca me ha fallado.

Este "peñazo" es el testimonio de cómo pasé de ver a San José María como el patrón de los pijos y ricachones del Opus a verlo como un amigo inseparable que me acompaña allá donde voy. He aprendido a ir a los sitios sin la estampa dejando atrás la superstición que suponía (o más bien necesitaba ese tiempo para madurar en mi fe) y rezarle todos los días.

Os animo hermanos a rezarlo. Para mí ya forma parte de mi vida como un "amigo" al igual que nuestro Nazareno y San Judas (a quién "conocí" gracias a mi amiga mexicana Jackie). Perdón por la familiaridad que me tomo pero alguien que hace lo que hizo por mí, con el que hablo todos los días y me acompaña siempre, ¿es o no mi amigo?

1 comentario:

  1. Bella historia gracias por compartir tu Fè en San Josemarìa igual que yo! Blanca desde Costa Rica :)

    ResponderEliminar