Talavera atraviesa una de sus primeras olas de calor del 2015 y la feria espera ya en La Alameda al pistoletazo de salida del pregón del día siguiente. A las 6 de la tarde llegamos al antiguo Bar Caray y allí nos esperan las inseparables Carmen y Julia. Una charla emotiva, sincera y divertida en la que repasaremos la historia de esta interminable familia junto a Rosa Mari, Sagra y Luisa que se unieron a este café.
Cómo siempre hacemos en "Charlas con..." contaremos la entrevista tal y cómo fue en el orden que fue saliendo.
Nos sentamos en la mesa de dentro esperando que el aire acondicionado alivie los rigores de un verano que se antoja temprano. Al sentarnos Carmen recuerda y agradece emocionada el homenaje de sus compañeras camareras y se alegra de que Dalia y Carmen sigan vivas.
Como en la mayoría de las charlas son más las ganas de contar que el orden de empezar y ambas empiezan nerviosas, lo que provoca que se agolpen los recuerdos. "Me acuerdo mucho del señor Laguna". Julia nos narra la muerte de su tio Ángel, un episodio triste donde los haya en la historia de nuestra cofradía.
"Llegó mi padre a casa y dijo que a Ángel le había dado un dolor en el pecho que se le había pasado. Nosotras no teníamos teléfono y enseguida llegó una persona a comunicarnos que había fallecido". Recordamos cómo todo el mundo asocia este final a un susto a la hora de bajar al Nazareno.
Julia y Carmen nos hablan de épocas en las que, tras las Juntas, todos se iban a un bar y tomaban algo a escote. A su mente acude el homenaje a Moisés y el genio de Elia. Lo dicho, mientras Andrés duerme sudando, los recuerdos se agolpan.
Toda una vida en la Hermandad de ambas con Julia mirando tiernamente a su hermana y recordando la inmensa cantidad de gente que ella conoce mientras que la propia Julia tuvo que vivir en Valencia. Es imposible no darse cuenta de algo sabido, la enorme complicidad de una pareja inseparable.
Todos conocemos el recato y religiosidad de ambas y Carmen, en un arrebato de su dulce sinceridad, espeta: "No entiendo cómo van las madrinas en la procesión. Me falta un orden y un recato que no veo. Cada una va como quiere y creo que se deberían guardar más las formas". Nada que añadir a una frase que más que eso es una sentencia.
"La primera mujer que salió de mantilla, no recuerdo la fecha, fue mi hermana Mari y la cantante Rosa Mir. Hasta ese momento nadie salía pero luego se fueron sumando más. Recuerdo que compramos muchas mantillas y peinetas para toda mi familia" señala Julia.
"Imaginaros el espectáculo al subir al autobús a todas vestidas con peineta y mantilla y el conductor del autobús nos tuvo que dejar en la Cañada de Alfares para luego ir juntas andando hasta Santiago". Carmen sonríe divertida señalando que este año tuvo que ver muchas procesiones por televisión debido a su operación, lo que la impidió faltar a su ineludible cita con el Nazareno.
Las hermanas García las cuestionan sobre temas cómo el crucificado que me contó el Señor Martín (pronto, en charlas con...), la posible salida de la procesión del Salvador o los años que llevan saliendo en la procesión. Carmen aclara que no recuerda ni la salida del Salvador ni ningún crucificado y recuerda que fue camarera al pedírselo Miguel y que sus inicios en la Cofradía se remontan al año siguiente de la muerte de su padre, acaecida a una semana vista de la Semana Santa anterior.
Mañana repasaremos la historia de esta familia, historia viva de nuestra Hermandad.
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