Esta es la historia de un cofrade que visitaba Talavera. A través de internet descubrió que la Semana Santa de la ciudad de la cerámica era de interés turístico regional. Promovido por el sentimiento de aprender y ver otras formas de vivir la Semana por excelencia del calendario cofrade, quiso ver las imágenes y enseres que las hermandades de la ciudad guardaban. El problema estuvo en que no sabía dónde buscarlo. Nuestro amigo solo tenía un día para visitar nuestra ciudad y buscó el museo cofrade que había encontrado en sus viajes a distintos territorios como Plasencia, Vélez-Málaga, Plasencia, Ayamonte, Córdoba... Por desgracia se encontró con la decepción de ver que Talavera, pese a su tamaño y la apuesta por lucir su Semana Santa (no en vano se la declaró de interés turístico regional), no tenía museo. Ante su desolación vio como El Salvador o Santa Catalina eran iglesias secularizadas que no albergaban este museo, y triste se marchó al no poder ver la Semana Santa de nuestra tierra.
La historia de nuestro amigo es algo que debería hacer pensar en la necesidad de la creación de un museo cofrade. Muchos cofrades talaveranos soñamos con ver nuestros enseres, nuestros pasos y nuestra historia expuesta al público y no guardados en naves oscuras. ¿Esto es un sueño imposible?. Creo, por los ejemplos que nos rodean, que no.
¿EL SALVADOR NO HUBIERA SIDO UN BUEN LUGAR?. ALGUNOS SOÑAMOS DURANTE SUS OBRAS Y NOS SEGUIMOS IMAGINANDO ESTE ANTIGUO TEMPLO REVESTIDO DE NUESTRA HISTORIA COFRADE.
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