martes, 3 de marzo de 2015
UN VIAJE A DAIMIEL CON LA BANDA, UN VIAJE DE FRATERNIDAD Y UNIÓN
Han pasado ya algunos años pero todavía recuerdo aquel jueves santo en el que fuimos a Daimiel acompañando a nuestra, por aquel entonces, banda de cornetas y tambores. En una jornada de convivencia, en un minibus que acompañó al bus en el que viajaban los músicos, varios familiares y miembros de la hermandad nos encaminamos a la localidad ciudad realeña haciendo grupo y hermandad y disfrutando de una Semana Santa muy diferente.
En el minibus el viaje fue divertido, ameno, lleno de compañerismo y hermandad con continuas bromas en un ambiente de los que acrecienta el sentimiento de cofradía. La tarde en Daimiel fue de confraternización, de buenos momentos, de comparaciones con nuestra Semana Santa pero, sobre todo, de acompañamiento a nuestra Banda, una parte importante de nuestra cofradía. Ese día las diferencias personales que existían se dejaron a un lado y todos disfrutamos en un ambiente de unión.
Ese día la banda no era banda, era una parte de nuestra Hermandad que llevaba el nombre de la misma por Daimiel con ilusión y buena música junto al acompañamiento de los que nos desplazamos con ellos. Al acabar esa procesión hubo bromas con los músicos, "buen rollo" y todo presidido de un ambiente familiar y de hermandad que a veces nos olvidamos.
El tiempo ha hecho que varios músicos se hayan marchado de la banda y otros han llegado pero ese día se puso el germen de una gran relación entre músicos y resto de cofradía que nos unió más que nunca. Algunos músicos de aquel día son cargadores como es el caso de Rubén, otros lo han dejado como Josué o Joni y a otros las obligaciones le han alejado de este grupo musical. Es más, ahora la banda es agrupación musical pero el recuerdo de aquel viaje continua. Se sucedieron otros como los de Plasencia, Sevilla y otros más lejanos.
Hoy, años después, se mantiene el recuerdo de aquel viaje en el que Banda y cofradía se unieron más que nunca en una jornada de convivencia que dejó claro que todos formamos parte de la misma Hermandad y que cualquier lugar en el que un nazareno esté presente es una gran oportunidad para acrecentar la vinculación entre los miembros de nuestra cofradía.
Sería absurdo pensar que la banda es parte ajena a los pasos de nuestra Hermandad, tan absurdo como el hecho de formar parte de la banda y no sentirse nazareno ni vivir los actos, más allá de conciertos, que de nuestra gran familia. No creo que se pueda ser músico sin sentirse nazareno ni tampoco creo que se pueda vivir plenamente la banda sin ser plenamente nazareno.
FUE UN GRAN DÍA DE HERMANDAD EN EL QUE SE ESTRECHARON LAZOS QUE TODAVÍA SE MANTIENEN.
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