Tras la emotiva tristeza de anoche los nazarenos hemos vuelto a Santiago a las 10 de la mañana para recoger a nuestros Titulares y devolver a nuestra sede canónica su aspecto habitual. Las miradas que ayer se llenaban de lágrimas hoy se tornaron en esperanza tras el orgullo de la unidad frente a la adversidad.
Ramos de flores. Los que no están, siempre en la memoria.
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