Foto: La Voz de Talavera.
Ahora mismo es impensable imaginar una Hermandad sin la presencia femenina. Durante años ellas mismas realizaron un gran trabajo con la humildad y resignación suficiente cómo para el que no figurar no fuera un inconveniente.
Ella sabían que su momento llegaría y fueron las conservadoras de la fe nazarena en muchas casas con esa fuerza callada de quién es capaz de dar todo sin pensar en sí mismo. Pues bien, en 1981, la luz de la razón entró en nuestra cofradía y las mujeres pudieron ya figurar como hermanas. Ahora es fácil juzgar la mentalidad de la época pero aquí no lo haremos, solo nos dedicaremos a resaltar el amor callado de quién aguantó en la sombra y el corazón abierto de quién las abrió el paso que la lógica indicaba.
Desde ese año han ido conquistando paso a paso el lugar que les correspondía, y digo que han conquistado porque es claro que no han tenido nada fácil. Ahora ya hombres y mujeres comparten cargos, filas, cargas y responsabilidades gracias al valor de aquellas mujeres que supieron aguantar su fe por encima de todo.
Hoy nos unimos con un pequeño homenaje agradeciendo el poder aprender entre todos pero sin olvidar el ejemplo de quién fue hermana en la sombra, sin figurar y dando todo a su fe. Enhorabuena a las pioneras, mujeres que saben quién son y poco amantes de salir del anonimato de quién hace las cosas en la intimidad de su unión con Dios.
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