La Semana Santa talaverana se encuentra ante un reto mayúsculo, el ser declarada de Interés Turístico Nacional. Es evidente que este título supondría una inyección económica a una ciudad muerta como la nuestra pero no es la salvación de nada.
Para afianzar que nuestra Semana tenga el peso y el poder necesario que esta etiqueta requiere es necesario que todos pongamos de nuestra parte pero con Ayuntamiento e Iglesia, que nadie lo dude, a la cabeza sobre unas cofradías que deben empezar a ser los capitanes de ese remo.
A estas horas podremos decir muchas cosas y atacar a quién queramos pero es evidente que hace falta que todos pongamos de nuestro lado para atraer a una ciudad que no se mata por ir a ver las procesiones precisamente.
Es al Ayuntamiento al que compete apostar fuerte invirtiendo sobre la base de este apoyo ya que el presupuesto de las cofradías es el que es, las cuentas salen solas, con el ojo vigilante de la iglesia ante cada céntimo.
Es necesario invertir para que cada acto tenga el nivel necesario para este logro y eso supone mucho dinero que hay que gastar o atraer, tarea no siempre fácil viendo el éxito a la hora de traer tejido empresarial, por ejemplo.
La Iglesia debe apostar más decididamente facilitando a las cofradías su labor, promocionando cada actividad o, no creo que sea tan difícil, no meter prisa cada vez que se usan templos como La Colegial. La época en la que se veían las imágenes como "trozos de madera"...
Eso sí, es a las cofradías a quién compete atraer a los cofrades a la Iglesia alejando el sinsentido de quién es cofrade y no católico. Así evitaríamos Triduos vacíos o celebraciones religiosas cada vez más decadentes en asistencia.
Es el momento de apostar de verdad inyectando dinero y ganas, hay cantera como se puede ver en las bandas de música cofrade, en la juventud de los cargadores y en la enorme cantidad de jóvenes católicos que se reúnen en la ciudad a los que hay que atraer.
Demos paso a la gente joven, en este aspecto es un acierto la labor de la Cofradía de Alfareros alrededor de San Andrés y el colegio. Apostemos por gente nueva, por gente capaz de romper el cascarón lento de esta ciudad y que haga despertar a Talavera.
El reto está ahí, veremos si la cainita Talavera no vuelve a estropearlo.
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