A estas alturas, tía, son pocas las palabras que no te haya dicho. Hoy voy a ser más breve porque creo que el corazón es capaz de decir con poco texto más cosas que si juntásemos letras.
Mira, solo puedo darte las gracias por ser uno de los pilares de mi vida. Desde niño siempre has estado a mi lado, en lo bueno como en lo malo, siendo capaz como pocos de entenderme y animarme en los momentos más bajos.
Sé que compartes y vives todo lo bueno que me pasa y en lo malo jamás me falta tu apoyo.
Tía, gracias por tantísimo cariño.
Desde este blog nazareno te queremos felicitar por tu trabajo en la cofradía que tanto sientes. Gracias por tanto tia y que nuestros titulares te protejan y te guíen.
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