Hoy es el cumpleaños del párroco más viajero de estas tierras. Nuestro hermano encaminó su vida hacia el sacerdocio desde donde, cada día, se acuerda de los que comparten su sangre morada.
Para mí es un hermano, con eso queda todo dicho. Es, sin duda, mi confidente por excelencia y entre nosotros hay sin duda, al margen de los lazos de sangre, una gran amistad.
Si bien es cierto que de pequeños nuestro carácter antagónico no hacía que compartiéramos demasiadas cosas él fue el que me abrió las puertas de Talavera y de un grupo de amigos al que un día llegó mi mujer.
Aquí no cabe todo lo que compartimos pero solo puedo darte las gracias por tu amistad sincera, por tu preocupación por mi familia, por crecer juntos sobre nuestras diferencias y por las confidencias que siempre respetamos y respetaremos de por vida.
Gracias por empeñarte en que fuésemos a Lourdes, un viaje que cambió nuestra vida para siempre.
Hermano, primo, amigo... tus hermanos cofrades te deseamos que nuestros titulares te protejan y te guíen y te pedimos que sigas acordándote de nosotros y rezando por el bien de nuestra cofradía.
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