Conocí a Eva cuando mi mujer, Beatriz, empezó a cargar el paso de Nuestra Madre Esperanza Nazarena. Desde el primer momento encontré a una persona simpática, divertida, de ánimo juvenil y de sonrisa continúa.
Con el paso del tiempo esa primera impresión se fue confirmando en años de procesiones, misas, Juntas, convivencias y excursiones compartidas. Diferenciar a Eva y a Sara es a veces complicado ya que forman un equipo tan compenetrado que nadie diría que no se trata de compañeras de colegio más que del caso de madre e hija.
Desde aquel primer contacto a Eva le ha tocado el duro y complicado papel de ser la presidenta consorte con todos los disgustos, sinsabores, morros, tiempo y paciencia que eso requiere y lo ha sabido llevar con su infinita sonrisa. Durante los embarazos de Bea y la eterna espera de Andrés ella siempre estuvo pendiente y eso jamás podrá olvidarse ni agradecerse lo suficiente.
Hoy cumple años una hermana joven, nazarena y divertida a la que deseamos que nuestros titulares protejan y guíen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario