lunes, 27 de julio de 2015

TRAS LAS HUELLAS DE SANTA TERESA (FOTO-REPORTAJE)

La Iglesia está celebrando el V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa. Ávila recuerda cada paso de su ciudadana más ilustre y allá marchamos un grupo de Nazarenos en una jornada difícil de olvidar por los sentimientos de fe que despierta pisar los lugares que recorrió una mujer tan grande.

Guiados por nuestro hermano sacerdote Eloy pudimos seguir las huellas de la Santa.

MONASTERIO DE LA ENCARNACIÓN

Primera parada del viaje cerca de la 1 del mediodía. Nuestro guía nos espera y nos enseña un convento carmelita dónde Santa Teresa ingresa de monja y dónde inicia una profunda reforma del Carmelo. Teresa cambiará durante los casi 40 años que estuvo allí (1539.-1574) la orden dotándola de más sencillez y humildad. Allí tuvo lugar la Transverberación.

“Vi a un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo en forma corporal … , no era grande, sino pequeño, hermo­so mucho, el rostro tan encendi­do que parecía de los ángeles muy subidos que parecen todos se abrasan -deben ser de los querubines, que los nombres no me los dicen-o Víale en las manos un dardo de oro largo y al fin del hierro que parecía tener un poco de fuego; éste me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas; al sacarle, me parecía las llevaba consigo y que me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor que me hacía dar aquellos quejidos y tan excesiva la suavidad que me pone este gran dolor, que no hay desear que se quite, ni se contenta el alma con menos que Dios” (Vida 29,13).


CONVENTO Y MUSEO DE SANTA TERESA


La siguiente parada fue en el Convento y museo de Santa Teresa. Este templo está edificado en el lugar dónde nació nuestra protagonista. 

En este templo nos explicó Eloy que este patio es el lugar dónde la Santa soñaba con ser Mártir y se llegó a escapar de joven buscando este objetivo. Su tío se lo impidió. También podemos ver cómo construía con arena templos en una clara premonición de lo que sería su vida.

Cuentan que a los 7 años convenció a su hermano Rodrigo para que se fugase con ella de casa y se fuera con ella a tierra de moros, buscando el martirio. La fracasada intentona da muestra de la religiosidad que marcó su infancia y también de su carácter enérgico y su fuerte voluntad. Su siguiente fuga no se quedaría en intento. En 1535, ante la negativa de su padre para concederle el permiso paterno para ingresar en el convento de las carmelitas de la Encarnación, se iría de casa para tomar los hábitos y hacer los votos. No sin pena, como ella misma relató: «Aquel día, al abandonar mi hogar sentía tan terrible angustia, que llegué a pensar que la agonía y la muerte no podían ser peores de lo que experimentaba yo en aquel momento. El amor de Dios no era suficientemente grande en mí para ahogar el amor que profesaba a mi padre y a mis amigos». Teresa tenía 20 años.

CATEDRAL DE ÁVILA



La última parada, cronológicamente hablando, estuvo en la catedral de Ávila. Impresionante este templo que contiene la capilla de Santa Teresa dónde se encuentra la Virgen de la Caridad, a quién la Santa se encomendó cuando murió su madre. Además, en el claustro puede observarse el lugar dónde está enterrado un ilustre ciudadano abulense, en este caso político, como Adolfo Suárez.

Su madre muere en 1528 contando ella 13 años, y pide entonces a la Virgen que la adopte hija suya. Sin embargo sigue siendo “… enemiguísima de ser monja,” (Vida 2,8), y al ver su padre con malos ojos su relación con su primo, decide internarla en 1531 en el colegio de Gracia, regido por agustinas, donde ella echará de menos a su primo pero se encontrará muy a gusto.

BASÍLICA DE SAN VICENTE


Santa Teresa marchó de la Encarnación dispuesta a poner en marcha un nuevo Carmelo cómo Jesús le había indicado. Su primera parada fue en la Basílica de San Vicente, lugar dónde reposan los restos de los talaveranos Santos Mártires, allí ante la imagen de la Virgen de la Soterraña decidió descalzarse y convirtió a las Carmelistas en Descalzas.

“Teresa se despidió con todo cariño de sus hermanas y de aquella casa, donde había vivido veintisiete años, donde tanto había sufrido y donde había conocido gozos y alegrías desconocidos para la inmensa mayoría de los hombres. En el camino que la llevaba por fin a la definitiva clausura, sentía su corazón tan ligero como el exiguo equipaje, compuesto de estos enseres: una esterilla de paja, un cilicio de cadenillas, unas disciplinas y un hábito negro muy zurcido. Al pasar por la Basílica de San Vicente, descendió a la cripta y se descalzó ante la Virgen de La Soterraña. Teresa de Ahumada acababa de morir al mundo. De sus cenizas nacía Teresa de Jesús”.


CONVENTO DE SAN JOSÉ

Nuestra Santa materializa un nuevo Carmelo sobre las visiones de Jesús en su vida. Este nuevo Carmelo se pone en marcha en este convento que tiene anexa la capilla dónde se instalaron las monjas que acompañaron a la abulense. La primera misa se celebró el Día de San Bartolomé el 24 de agosto y por ello ocupa un lugar importante en la misma.

Teresa narra los avatares de la fundación del Monasterio de San José en los capítulos 32 a 36 del Libro de la Vida. Llama la atención del lector que, inmediatamente antes de comenzar el relato, Santa Teresa cuenta su visión del infierno, experiencia espantosa pero de la que ella obtiene grandes beneficios; entre ellos "gané también la grandísima pena que me da de las muchas almas que se condenan […], y los ímpetus grandes de aprovechar almas, que me parece a mí que, por librar una sola de tan gravísimos tormentos, pasaría yo muchas muertes muy de buena gana" (V 32, 6).

Aun antes de confesarlo explícitamente unos párrafos más adelante, por tanto, Santa Teresa pone en relación este deseo de contribuir a la salvación de las almas con el hecho de la fundación de San José.

Después Teresa iniciaría una ruta por varios conventos acabando sus días en Alba de Tormes. Nosotros seguimos nuestra ruta por esta bellísima ciudad abulense satisfechos de seguir las huellas de esta heróica mujer y presenciamos la exposición de las Edades del Hombre que merece la pena visitar. En ella puede admirarse un tesoro imaginero con una obra muy especial para todos los Nazarenos.









UNA JORNADA INOLVIDABLE EN LA QUE LA FE Y LA ALEGRÍA NOS INVADIERON. RECOMENDAMOS A LOS HERMANOS NAZARENOS VIVIR ESTA GRAN EXPERIENCIA SIGUIENDO A UNA SANTA EXCEPCIONAL.

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