domingo, 1 de mayo de 2016

FELICIDADES MAMÁS NAZARENAS




Sería muy fácil quejarse ahora de los años en los que nuestra Hermandad, como todas, no admitía mujeres. Más cómodo sería el tachar de anacrónicos, trogloditas o casi talibanes a las mentalidades que no quisieron que la situación cambiara hasta 1981.
Pero no, no lo voy a hacer. Esos calificativos se los merecen aquellas personas que hoy en día, de todo hay en la viña del Señor, siguen sin entender que las cofradías no tendrían sentido sin la presencia femenina.

Pues bien, hoy conmemoramos el día de la Madre, y lo hacemos homenajeando a aquellas mujeres que fueron capaces de enfrentarse a las miradas, a las quejas, a los reproches y a los restos de una educación machista e injusta.

Ellas, que durante años fueron capaces de estar en la sombra sin perder la fe por ser víctimas de una injusticia, entraron por la puerta grande para mejorar nuestra cofradía. Ya lo estaban antes, pero en aquel 1981 se acabó una clandestinidad que asumieron con la entereza, la fortaleza y el coraje de quién sabe asumir una cruz que les toca llevar. Ellas no necesitaban más que la aprobación de un Padre que las pidió paciencia y fe en una prueba que superaron dando un ejemplo que merece la más grande de nuestras ovaciones.

Poco a poco ocuparon, a través de mujeres pioneras, puestos de responsabilidad como secretaria, tesorera y el que quizás más dudas injustas y absurdas despertaba, cargadoras. Dudas que despejaron, para el que las tuviera, con coraje y un ejemplar comportamiento.

Sin ellas no existiríamos. Las guardianas de nuestros desvelos, las mujeres del corazón guerrero, las del ejemplo constante y las de la fe inquebrantable. Garantes de un tesoro morado y un orgullo para todos.
Mamás de todos los nazarenos.

FELICIDADES MAMÁS NAZARENAS, VERDADERAS SEGUIDORAS DEL EJEMPLO DE NUESTRA MADRE.

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