Esta noche de jueves hemos podido visitar el ensayo de la cuadrilla de cargadores de María Santísima de Gracia y Amparo. De nuevo, ya van unas cuantas, todo han sido facilidades y naturalidad por parte de un grupo que es, sin duda, una familia.
A las nueve menos cuarto los costaleros del paso de Martes Santo fueron caminando por el casco antiguo desde el Museo Ruiz de Luna hacia la cuesta de pescaderías.
Bajo las órdenes del capataz, Luis, se fue realizando un ensayo en el que solo rompía el silencio su voz y las indicaciones de León a los pasos de la música.
Un momento de grandes estrecheces que fue realizado con solvencia, despacio y al compás de la música. Las órdenes de Luis resultaron precisas y educadas.
Pescaderías fue bajada con despaciosidad llevándonos hacia la Semana más grande del año.
Las cosas hechas con tranquilidad bien resultan. Se nota a una cuadrilla comprometida, cercana a su capataz y eso se traslada en el ensayo.
Desde aquí desear mucha suerte a esta cuadrilla en su camino hacia el Martes Santo agradeciendo las facilidades que siempre nos ponen. Algo que es digno de copia y de agradecimiento pues en esta ciudad no siempre este trato es el que se imparte.
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