Asi luce la capilla de nuestra sede canónica. Nuestro Nazareno ya se ha ido camino a su largo proceso de restauración, que a los nazarenos se nos hará eterno, y confíamos en que está ausencia necesaria sea para que vuelva con todo su esplendor y más "fuerte" que nunca.
Difícil tarea para nuestra directiva a la que deseamos haber tenido buen tino en su elección del restaurador en un proceso que se adivinaba urgente.
Se hará difícil ir y no poder rezarle pero ojalá le recuperemos con esplendor y con la categoría que merece. Noviembre se acerca... Ya queda menos.
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