Cerca de las 2 del mediodía Santiago lucía con la tranquilidad habitual sin rastro de unos días inolvidables y demasiado cortos.
Los camiones transportaban los pasos y ornamentos.
El arco vuelve a lucir como siempre.
A buen ritmo, el cansancio se dejaba atrás.
Tiempo de envolver para que todo luzca precioso en un año.
Inevitable retrotraerse unas horas atrás.
A la nave, esperando 2018
Tiempo de repasar el Viernes Santo
Siempre duele recoger
El último rezo encima de las andas, nos esperan todo el año en su capilla.
!!Ya falta menos!!
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