La verdad es que podía hacer una gran oda a "lo cursi" para desearte un feliz cumpleaños. Podía hacer un ejercicio de almíbar que dejará la pantalla llenita de caramelo y corazones pero no creo que sea ni pertinente ni lo mas adecuado para un día como hoy.
Te veo en esta imagen, perteneciente a "Historia de una escalera", y veo lo que ya eres: toda una mujer que ha dejado atrás a aquella niña que se asemejaba al rabo de una lagartija cuando se dormía con sus abuelos o sus tíos. Ya eres toda una mujer llena de una vida por vivir y con ilusiones que van más allá de las tablas de un teatro, son ilusiones que se van a vivir en el inmenso teatro de la vida y dónde detrás del telón que se corre todo lo que sucede es verdad.
No soy nadie para darte consejos y menos aún cuando en tu casa vive mi más y mejor consejera como es tu madre. Solo te diría que te comas la vida cada segundo con la sonrisa que tienes desde niña y no dejes nunca de soñar porque no hay forma más bonita de vivir que atreviéndose a ello y eso, querida niña, lo hacéis como nadie los artistas.
Creo que hay una persona en el cielo que sigue acordándose de su pequeño juguete, aquel trasto rubio que le arruinaba la siestas con sus enormes patadas dormida que eran un claro adelanto de su incipiente faceta de actriz, ¿qué obra representarías en tus sueños?. Seguro que hoy te mira orgulloso viendo el vivo retrato de su niña, tu madre, a quién estoy seguro que también llenas de orgullo cada día como de felicidad llenas a los que te rodeamos.
Sandra, para acabar, no olvides nunca esa sangre morada que corre por tus venas y guarda siempre un rinconcito para tu otra familia, esa familia nazarena que vas poco a poco conociendo. Prima, que nuestros titulares te protejan y te cuiden.
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