Hoy he vuelto a mi casa, Alcobendas. Esta foto, de la Hermandad, refleja cómo vive esta ciudad a su patrona (momento de uno de los motetes). Os invito a ver una procesión ejemplar, bellísima en la que la ciudad madrileña reza a su patrona ante miles de personas. Así sí se honra a una patrona.
A las 6 de la tarde la Iglesia de San Pedro rezaba a la patrona mientras la ofrenda (ver imagen) y las andas esperaban fuera. Todos los componentes de tan multitudinario cortejo empezaban a prepararse.
Bellísimas las andas y el palio. Un espectáculo dignísimo de contemplación.
La ciudad, que no había recogido sus luces navideñas como cada año, se engalanó con su patrona.
A las 18:30h una multitud esperaba a la Virgen de la Paz y rezaba mientras se la subía a sus andas.
La Virgen, ya en sus andas, todo preparado.
Comenzaba la subasta para acompañarla. Todo un año esperando y la fe de muchas familias compartiendo este honor.
El toque de oración, emotivo, ante la fe de los ciudadanos de Alcobendas y de los que volvíamos a casa por un día.
Tras el toque de oración y la suelta de palomas, la pólvora anunció que comenzaba la procesión. Durante el cortejo se quemaron varios castillos de fuegos artificiales.
La Banda Municipal abrió el cortejo.
La Adoración Perpetua acompañó.
Agrupación Musical Esperanza y Caridad de Mota del Cuervo.
Presentes las casas regionales.
Banda de música e investigación Albedro y banda de gaitas Lume de Biqueira
Asociación de la Mantilla española.
El orden y la puntualidad, ejemplares. Entre cada grupo había la misma distancia y todo en un orden casi militar.
Cetros y Banderas de la Hermandad y Escuadrón de Gastadores de la Brigada de Infantería Acorazada “Guadarrama XII”.
La Policía Municipal de gala.
Y tras ellos, la Virgen de la Paz arrancó su camino por unas calles engalanadas ante miles de personas. Momentos de recogimiento que continuaron durante varias horas con varios motetes (cabeza de este artículo) y un tiempo muy benévolo que nos permitió disfrutar de una noche de recuerdos y fe.
Multitud de fieles hicieron la procesión tras las andas mientras las calles rezaban abarrotadas.
Una procesión que merece la pena visitar y que ha traído recuerdos a quién tan feliz allí fue.
P.D. Gracias a Acisclo por su compañía y paciencia pero, sobre todo, por su amistad.