!TIC!
No sé el motivo pero no paro de mirar el reloj. Por la ventana no veo más que la misma imagen que hace muchas horas, muchos días, quizás años. El tiempo pasa despacio, muy despacio.
El aroma a torrijas ya ha desaparecido de mis recuerdos y solo pienso que el tiempo ha decidido estancarse. Aburrido, desesperado, no lo sé, pero a mi cabeza llega Bill Murray y su Día de la marmota. Creo que hoy soy yo quién lo está sufriendo.
Me desespero, imploro que El de Arriba vuelva a poner en marcha la maquinaria del tiempo y me acuerdo de Cronos, el dios griego que lo controlaba. La verdad es que me acuerdo de él y de su familia.
Desesperado pongo la radio, se repite el boletín informativo, el tiempo se ha detenido para siempre. Por momentos empiezo a sentir pánico, creo que estoy solo en este mundo al asomarme a la ventana y ver a la gente parada, en la misma posición que hace días, !tengo miedo!
Empiezo a pensar en cómo conducir como en Mad Max, me veo cabalgado escopeta en mano por El Prado buscando los últimos alimentos, me siento ya ideando un plan para crear una máquina del tiempo y empiezo a pensar en hacerme el amo del mundo. !!! EL TIEMPO SE HA PARADO !!!
!TAC!
El sonido del reloj me devuelve a la realidad, el segundero ha avanzado y...
!YA QUEDA MENOS PARA SEMANA SANTA!
P.D. Esto se vive en cada casa nazarena, una legión de morados que cada año sufren y disfrutan esta sensación.